En las afueras de Clarksdale, Mississippi, al final de un apartado camino de tierra se encontraba una pequeña iglesia destartalada. No era un lugar de culto, sino más bien un lugar al que muchos acudían en busca de refugio en tiempos de pobreza. Cuenta la leyenda que la estructura fue transportada a mano al campo de menta salvaje, izada sobre los hombros de dos docenas de hombres. El exterior seguía siendo simple y anodino, pero el interior brillaba con letreros de neón robados, luces navideñas y una máquina de discos donada por el hijo del sheriff. Era un lugar claramente secular donde los lugareños que sabían dónde encontrarlo podían compartir alcohol ilegal, socializar y olvidar sus problemas bailando. Llamaron a su destartalado local de juke Saint Julep y las historias orales compiladas en él pintan una imagen de ese lugar mágico donde “las sonrisas siempre son libres y la salvación tenía el distintivo olor a menta dulce”.

CUANDO USAR ESTA FRAGANCIA:
Cuando el peso del mundo parezca demasiado para soportar, una oración a San Julep no sólo te aliviará, sino que te dará el aplomo para seguir avanzando.